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>> divulgación >> Una tarea complicada
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Las experiencias vividas por el especialista o técnico en etología
canina nos pueden ofrecer una visión realmente válida de la actuación
de esta raza en determinadas circunstancias, mucho más si tenemos en
cuenta que no se trata de conductas aisladas sino de algo que ha sido ratificado
posteriormente con otros hechos que avalan, así, un comportamiento poco
común a la vez que interesantísimo dentro del mundo canino.
Como autor de esta página web y comprometido desde siempre con un perro
tan completo, familiar y extraordinario, y con la idea de que un etólogo,
con sus consideraciones científicas, apoye también mis conocimientos,
he recurrido a las opiniones de D. Jordi Pascuet Salvans, que transcribo
a continuación:
"Hablar del Perro de Montaña de los Pirineos no es empresa fácil.
Su temperamento y su carácter hacen de este animal un espléndido
objeto de estudio, tanto por parte de los cinófilos como de los etólogos
en general.
"En mis quince años como profesional del adiestramiento he tenido
como alumnos perros dignos de todo elogio: un Pastor Alemán llamado Roy,
excelente perro de ataque que en la actualidad trabaja para la policía
nacional; un espléndido Doberman de carácter afable con los niños
y buen guardián; un abnegado Labrador experimentado en labores de rescate,
y entre todos ellos, un inteligentísimo Montaña de los Pirineos
llamado Floc.
"Precisamente con Floc tuve mi primer contacto real con esta raza. Primeramente
quiero decir que nunca he tenido tan fuerte la sensación de influir poco
en un perro como la tuve durante el adiestramiento de Floc. Con tan sólo
un año de edad, Floc ya era un perro enorme, fuerte y resistente a la
vez. Su mirada era profunda y noble, y su coraje, digno de mención.
"Después de tan sólo una semana se estar con él, tuve
la impresión de que Floc ya sabía lo que estaba sucediendo, porque
en ningún momento puso obstáculos aparentes al adiestramiento.
Digo aparentes porque al cabo de tres semanas y después de haber asimilado
todos los aprendizajes que forman parte del adiestramiento (acudir a la llamada,
sentarse, echarse, quedarse quieto, andar al lado, etc.), mi amigo empezó
a desafiarme con la anarquía propia de esta raza.
"¿Cómo era posible que, después de casi un mes de
adiestramiento y con las órdenes más que sabidas, empezara a desobedecerme?.
"Era como si a Floc no le interesara todo aquel montaje, como si el adiestramiento
no fuera con él. Después de cada sesión nos mirábamos
mutuamente; yo tenía la sensación de estar perdiendo el tiempo.
Cuánto más días pasaban, cuantas m´s sesiones de
adiestramiento realizaba, menos interés mostraba, menos motivado se le
veía.
"Yo procuraba que las sesiones de adiestramiento fueran más amenas,
más divertidas, incluso más cortas. Sin embargo, la apatía
de Floc era cada vez mayor. He de reconocer que el adiestramiento con Floc estaba
siendo de los menos gratificante. Pero un día sucedió lo que jamás
me hubiera esperado de mi amigo Floc. Aquel día realizamos el entrenamiento
en una montaña que había cerca de casa. Como siempre, antes de
iniciar las sesiones de adiestramiento, concedo a mis alumnos un pequeño
momento de relajamiento para que se desperecen y puedan satisfacer sus necesidades
fisiológicas (es condición sine qua non para empezar la clase).
Estábamos a punto de comenzar el entrenamiento, cuando apareció
a lo lejos un hombre de aspecto dudoso. Floc estaba a unos vente metros de mi,
oliendo unas hierbas. El individuo, que apareció de repente, no debió
de ver al perro, y si lo hizo no le dio la menor importancia. Se me acercó
con talante amenazador y cuando se disponía a abalanzarse sobre mí,
apareció Floc.
"Jamás podré olvidar aquel día. Floc vino hacia mí
a gran velocidad, como jamás lo había visto correr. Su cuello
estaba erguido, el pelo totalmente erizado, parecía tres veces más
grande. Sus ojos oscuros tenían una mirada desorbitada. Pero lo más
impactante fue el rugido que emitió, de lo más profundo, cuando
se puso delante de mí y se enfrento sin dudarlo un segundo con aquel
individuo. Nunca en mi vida había tenido una experiencia igual. Fue un
Montaña de los Pirineos, Floc, un amigo de verdad.
"Es bien cierto que otros perros han actuado de forma similar conmigo,
pero siempre fruto del adiestramiento en defensa y ataque. Pero Floc no estaba
adiestrado para estos menesteres. Es más, ni siquiera obedecía
con la prontitud de otras razas. Era independiente y "pasota", pero
aquel día actuó con una eficacia y destreza de película.
Desde entonces, en mi escuela siempre ha habido un Montaña.
"Cuando un futuro propietario me pregunta cuál es la mejor raza
de defensa, en numerosas ocasiones le respondo que el Montaña de los
Pirineos. El Montaña tiene un carácter noble y equilibrado, es
inteligente y muy observador, y en las tareas de guarda y vigilancia es insuperable.
Además, cuenta con una ventaja añadida: en la mayoría de
los casos no necesita de un adiestramiento especial.
"Desde el punto de vista profesional como adiestrador, el Montaña
de los Pirineos es, técnicamente, un desastre. Es lento en la ejecución
de las órdenes, normalmente se hace el sordo cuando no quiere obedecer,
es muy tozudo y muchas veces responde con cierta dosis de agresividad. No se
deja someter a una disciplina con facilidad. En los ejercicios de ataque parece
como si las pantomimas del figurante no fueran con él, gira la cabeza,
desvía la mirada y se hace el loco. En cambio, en las situaciones reales
responde con gran agresividad, sin amedrentarse ante el atacante. No tiene un
instinto de presa muy acusado, de ahí que tenga más dificultad
para realizar los ejercicios de defensa y ataque. Muchas veces, después
de casi treinta minutos de intentar que un Montaña de los Pirineos muerda
el manguito o manga de ataque, caigo en el pozo de la frustración, agotado
y sin aliento.
"Todas estas sensaciones se hacen más evidentes cuando miro a mi
alumno. ¡Ahí está!, con actitud pasota, mirándome
con unos ojos que parecen decirme lo tonto que he sido por perder el tiempo
enseñándole algo que ya sabe. Yo, casi sin aliento, y el perro,
tan fresco como al principio.
"Pero cuando llega la noche, ese alumno tan frío y distante se convierte
en un vigilante extraordinario. Ladra al oír el más mínimo
ruido. Parece como si en toda la noche no pegara ojo, atento y expectante.
"Si los profesionales tuviéramos que adiestrar Montañas,
nos volveríamos locos. El adiestramiento de un Montaña de los
Pirineos es realmente una tarea complicada.
"Los etólogos y psicólogos de la conducta animal están
de acuerdo en que todos y cada uno de los animales del planeta, incluido el
hombre, existen dos componentes que determina la conducta: el primero es el
aspecto genético, la herencia transmitida a través de las generaciones;
el segundo es lo que se aprende. En el Montaña de los Pirineos, la transmisión
genética influye en un porcentaje muy elevado.
"Estudiar el componente hereditario es indispensable para entender esta
raza. El aprendizaje, que por supuesto existe, pasa a un segundo plano. Le enseñes
lo que le enseñes a un Montaña de los Pirineos, siempre pondrá
su toque personal.
"He adiestrado Montañas para obediencia y educación en general,
para vigilancia y guarda, para tareas de salvamento y como perro de apoyo psicológico
en terapia humana. La verdad es que siempre he finalizado el adiestramiento
con gran éxito, pero también es muy cierto que los Montañas
han sido los que finalmente han puesto su toque personal y definitivo.
"Ésta es mi experiencia con los Montañas de los Pirineos.
Floc, Jean Luck, Neu, Blanc, Aitana y tantos otros Montañas han sido,
en realidad, mis maestros. A todos ellos, ¡muchas gracias!.
Jordi Pascuet Salvans
Licenciado en Psicología Clínica y adiestrador profesional.
LA BORDA D'URTX 17538 URTX (Girona)
CATALUNYA Telf: +34-629-613399 e-mail: joanferrer@labordadurtx.org |