¿Por qué cuando se pelea el Montaña alfa con un Montaña de rango inferior por cuestiones jerárquicas, casi siempre acuden de manera instintiva, los otros machos o hembras que llamamos “satélites” en atacar al Montaña sometido?

Nosotros, humanos, llevados por dar una explicación antropomórfica a muchos comportamientos de otras especies animales, podemos pensar que esta actitud de los Montañas corresponde a ayudar a su líder a ganar la pelea y así hacer méritos por beneficiarse de su simpatía y favores. Pero, observando el comportamiento de los lobos en libertad durante la cacería de sus presas, podemos llegar a la conclusión que la finalidad de esta ayuda no es precisamente buscar la protección del Montaña alfa.

Para intentar averiguarlo, pensemos como se desarrollan en un grupo de lobos unas de sus principales actividades y actitudes, como son la cacería y las relaciones sociales. La cacería es una de las actividades fundamentales en los lobos siendo básica para la subsistencia de la especie. Las técnicas de cacería y los roles sociales del grupo son las primeras enseñanzas que reciben los cachorros un vez superada la primera etapa infantil, aproximadamente hacia los 3 meses de edad. Ambos aspectos están estrechamente relacionados, ya que el lobo es un cazador cooperativo con una organización social que se manifiesta claramente durante la cacería.

Además, debido a una detallada observación ayudada por los medios tecnológicos actuales, se han podido analizar con mucha precisión los mecanismos que utilizan los lobos para preparar y ejecutar el abatimiento de las piezas que cazan. Los lobos del grupo de ataque generalmente está formado por el lobo alfa, la hembra alfa en el caso de que no tenga pequeños, y los machos y hembras de rango inferior, siempre y cuando algunas de éstas no se tengan que quedar haciendo de niñeras de los cachorros del clan.

Lo primero que hacen es localizar y acercarse hacia las víctimas potenciales. El siguiente paso es localizar los animales más débiles o con síntomas de enfermedad, para optimizar el resultado y el gasto energético en el ataque a la víctima. También puede suceder que las piezas que componen el rebaño de víctimas potenciales no denoten ninguna debilidad. En este caso, la lobada iniciará una persecución sostenida minimizando también el gasto energético, esperando los primeros síntomas de flaqueza de algún animal, el cual, será rápidamente abatido por el lobo alfa que de inmediato contará con la ayuda del resto de la lobada para matarla. Una vez la presa es muerta, el lobo alfa tiene la prerrogativa de ser el primero en comérsela, mientras los otros lobos esperan su turno.

Con estos conocimientos, vemos que hay una cierta similitud en la manera de actuar de los lobos de rango inferior y de los Montañas satélites cuando ayudan a su líder. También sabemos que muchas maneras de actuar instintivas de los perros las han heredado de sus antepasados, los lobos. Por lo tanto, podemos pensar que el comportamiento de los Montañas satélites en las peleas, puede ser un reflejo puramente instintivo, heredado de las actitudes de los lobos de rango inferior del clan cuando ayudan al lobo alfa a acabar con la presa.

Se puede aducir, que esta actitud de los Montañas va en contra de la subsistencia de su propia especie en general y de su propio clan en particular, pero también se puede conjeturar que, teniendo sus necesidades vitales aseguradas como son la comida y la bebida, su subsistencia como clan ya no es tant importante como lo es la de los lobos en libertad. A la vez estas peleas también pueden suponer una descarga de la tensión contenida que se produce en la relación cotidiana entre ellos.

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