Uno de los mayores logros de los tiempos modernos ha sido, sin lugar a dudas, la estandarización de las medidas en el ámbito mundial, que ha hecho posible el intercambio comercial e industrial y ha evitado los problemas derivados de una gran diversidad de pesos y medidas distintos. Aún en un mismo país se daba la paradoja de estas diferencias pues, por ejemplo, una hanegada no media lo mismo en una región que en otra.

Primero fue la adaptación progresiva del sistema métrico decimal, más tarde ha sido necesario acordar una serie de normas para la medida, pues es indudable que medir un perro a la cruz no es lo mismo que medirlo a la altura de la cabeza; como no sería lo mismo medir un edificio, culminado con antena de radio, a la altura de la antena que a la altura de la obra.

Cuando leemos en escritos antiguos de finales del siglo XIX o principios del XX, que se han dado casos de perros de Montaña de los Pirineos de un metro nos asaltan dos dudas: la una si la medición sería correcta, la otra si se efectuaría realmente esta medición o ese "metro" sería producto de la exageración producida por la admiración ante el volumen del ejemplar descrito.

Intentando buscar respuestas no hemos encontrado ningún documento en el que nadie, en primera persona, asegure técnicamente que ha medido un perro de Montaña que diera como medida un metro a la cruz.

Conocemos perros de Montaña de los Pirineos de 82 cms. , la diferencia hasta el metro son sólo 18 cms. Mirando en una regla lo que son 18 cms. no nos parece demasiado y lo podríamos considerar algo dentro de lo posible, pero nos paramos a pensar en las proporciones que tendría el animal y hacemos algo tan simple como medir un ejemplar, sacar las proporciones y comparar.

Comprobamos que un Montaña bien constituido, con una tipología correcta que mida 75 cms. a la cruz, nos da una altura a la cabeza de 98 cms., con una simple regla de tres veremos que este perro, si midiera un metro a la cruz nos daría una altura a la cabeza de 1,30 cms.

Situado este perro junto a un hombre de 1,70 m. de altura, la cabeza de este perro llegaría prácticamente hasta los hombros del hombre, (sin tener en cuenta que, posiblemente, la talla media del hombre a principios de siglo fuera unos centímetros menor de 1,70 m.) pero no sólo en esto, también cambiarían las medidas de tórax, la longitud y, por supuesto el peso que aumentaría en una progresión geométrica, etc.

Asombrosas proporciones entre un hombre de 1,70 m. y un perro de 1 m. a la cruz (1,30 m. a la cabeza).

Creo, en mi modesta opinión, que un perro así sería un ejemplar legendario, del que se hablaría en todas las historias, (quizás su dueño también fuera un ser mítico, capaz de abrir con su espada una brecha en Los Pirineos), y por supuesto, entraría en la leyenda con nombre propio y seria capaz de descabezar a un oso con un solo mordisco y tirar de espaldas a una manada de lobos con sólo su ladrido.

Todas estas historias son hermosas, pero no dejan de ser "mitologías", unas veces sacadas de un hecho real, engrandecido al pasar de boca en boca, otras veces fábulas, tan atractivas y reiteradas que llegamos a pensar que son realidad.

Gracias a la metrología, o tal vez por culpa de ella, en el siglo XXI no tenemos Montañas de un metro a la cruz. Nuestros mitos son un poco más verosímiles, si acaso magnificados por sus gestas, por su belleza, por su capacidad reproductiva, por su carácter y temperamento... pero eso sí, de medidas comprobadas.

Proporción entre un hombre de 1,70 m. y un Montaña "mediano" de 0,75 m. a la cruz (1 m. a la cabeza)

JOSÉ LUIS UCHER FERRER "L'ORONET"