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ARAVILLOSOS MONTAÑAS, DE LA CABEZA A LOS PIES |
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Si nuestros Montañas no tienen una buena cabeza, no tenemos buenos Montañas
o, peor aún, no tenemos auténticos Montañas, pero con una
buena cabeza sobre una mala estructura no tenemos tan siquiera buenos perros.
Personalidades tan prestigiosas y reconocidas en el ámbito mundial como
M. Mansencal o M. Pecoult, por citar sólo a dos, aseguran que sin una
buena cabeza no existe la raza. Aceptar esto no implica negar o ignorar lo esencial
de una buena y correcta estructura.
Y una buena y típica estructura en un perro de Montaña de los
Pirineos no se juzga por el tamaño del ejemplar y es tanto mas difícil
de conseguir por cuanto que son tan indeseables los excesos como las carencias.
El estándar de nuestra raza especifica cómo deben estar configurados
y aunque pueda parecer algo frío. no hace sino explicar esas características
indispensables que deben poseer nuestros incomparables Montañas, no sólo
por estética, también por eficacia, para conservar en ellos todas
las cualidades y aptitudes que les son propias, así por ejemplo y generalizando:
Nuestro hermoso, imponente y gran perro blanco no debe ser tan grande que supere
las medidas exigidas, ni tan pequeño que no las alcance. Imponente, pero
sin aire de pesadez y con elegancia y alegría en sus movimientos. Blanco,
pero no totalmente y con una pigmentación de trufa, mucosas y borde de
los ojos absolutamente negra.
Las proporciones deben ser armónicas, con buenos aplomos, miembros delanteros
derechos y fuertes y gruesos muslos en los traseros. Buenas angulaciones delanteras
y traseras. Un buen lomo y una buena grupa. Un pecho amplio y profundo. Buenos
hombros, pequeños pies...
Un perro bien estructurado y sano debe moverse también muy bien, elevando
los pies del suelo y moviendo las patas en paralelo, abarcando mucho terreno
sin aparente esfuerzo. No son aceptables los "barridos" laterales
de los pies ni la sensación de apatía o cansancio que quitan toda
la potencia y elegancia que debe poseer nuestro Montaña ideal.
El Montaña no tiene el manto de color blanco nieve, sedoso y brillante,
sino blanco mate, de tonalidad marfil, preferiblemente manchado en la cabeza,
orejas y nacimiento de la cola (anillo montañés)- El abundante
pelo del Montaña debe ser liso, mas largo y suave en el collar y los
faldones, siendo un gran defecto la ausencia de subpelo y la falta de penacho
en la cola.
Hasta aquí tenemos un hermoso aunque breve retrato de cómo debe
estar estructurado un Perro de Montaña de los Pirineos, y aún
hay más: la falta o atrofia de algún espolón es eliminatoria.
Incluso el porte y longitud de la cola pueden quitar o agregar tipismo a la
soberbia estampa de un Montaña.
Visto todo esto es fácil comprender lo tremendamente complicado que puede
resultar conseguir buenos ejemplares y lo exigentes y cuidadosos que debemos
ser en la crianza y selección de nuestros perros de Montaña de
los Pirineos.
No descuidemos jamás la cabeza del Montaña, ya que sin ella perderíamos
la raza, pero sin olvidar las estructuras, ya que sin ellas perderíamos
esos incomparables, vitales, alegres y queridos compañeros que tan felices
nos hacen.
JOSÉ LUIS UCHER FERRER
"L'ORONET" |