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A RUEDA PIRENAICA Y LAS EXPOSICIONES CANINAS
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En el mundo canino el porte de la cola, junto con la postura de las orejas y los labios, son un lenguaje común que todos los perros entienden.

En un enfrentamiento entre dos lobos, por ejemplo, el enseñar los dientes con las orejas enhiestas hacia delante y la cola levantada, no significa lo mismo que enseñar los dientes con las orejas replegadas hacia atrás y la cola entre las patas traseras. Lo primero es un signo de agresividad dominante, lo segundo de sumisión.

El Montaña de los Pirineos es un perro fuerte, seguro de su potencia y con un carácter equilibrado. El estándar nos dice que en acción la cola debe formar una rueda típica, y en reposo la cola caerá recta, formando un gancho terminal, "recuerdo" de la rueda que no termina de desenroscarse.

En un perro en libertad esto debe ser así, ahora bien, en las exposiciones caninas existen una serie de condicionantes que deben tenerse en cuenta.

Refiriéndonos a los machos, en un ring y ante la presencia de otros machos, es normal que se muestren altivos, con la rueda pirenaica bien marcada en movimiento y, en reposo con el gancho terminal al final de una cola caída, pero también nos podemos encontrar con algún macho que, atado y junto al dueño, se muestre sumiso ante él y no termine de hacer la rueda, llevando la cola, en movimiento, a media altura y a medio enroscar o, por el contrario, ante otro macho conocido con rivalidad manifieste entre ellos, se mantenga en parado con la cola enroscada e incluso las orejas altas.

Estas alteraciones en un Montaña macho son susceptibles de corregir por el dueño, bien dando mas confianza al perro o bien tranquilizándole, ya que para un juez es difícil evaluar justamente estos comportamientos, pues no puede saber si son circunstanciales o un defecto de carácter, timidez en el primer caso y agresividad en el segundo.

Con las hembras es aun mas complejo pues estas, normalmente menos altivas y dominantes que los machos y a la vez más afectivas y cariñosas con el dueño, es posible que se sientan tranquilas y no hagan la rueda.

De cualquier forma esto no se contradice con el estándar de la raza, en el que se dice que la rueda se debe hacer "en acción", que no es lo mismo que simplemente estar en movimiento. Así, lo que serie un grave defecto y por tanto penalizable según el estándar es que, ante una alarma, la cola de una hembra se alzara en sable o se enroscara apoyándose en el lomo, a un lado de la grupa o entre las piernas, pero si nuestra hembra "pasea" a nuestro lado al paso o al trote con la cola baja, no nos debe preocupar, no obstante, si sucede lo mismo con un macho cabe pensar que tal vez lo tengamos demasiado sojuzgado o que le falta carácter. Lo primero tiene fácil solución, lo segundo seria un defecto que debemos tener en cuenta.

Una cola bien llevada es signo inequívoco de equilibrio emocional y de carácter, por eso no nos debe extrañar que algunos jueces, ante ejemplares de similares características premien el porte de la cola.

Es competencia de los dueños corregir estos detalles, en cuanto a las hembras es posible que con otro miembro de la familia o amigo se sienta mas protectora que protegida y salga al ring con una perfecta rueda pirenaica.

 
JOSÉ LUIS UCHER FERRER
"L'ORONET"