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AS NECESIDADES EN SU SITIO |
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Generalmente las personas que adquieren un Montaña disponen de la suficiente superficie de jardín para que su nuevo amigo se mueva a sus anchas y disponga, por tanto, del espacio que quiera para efectuar sus necesidades. Sin embargo, sería interesante que desde pequeño se le acostumbrara a hacerlas en un lugar determinado por ser más higiénico, sobre todo, si hay niños pequeños en la familia.
Por lo general, es relativamente sencillo que el cachorro comprenda el lugar que hemos escogido para su "lavabo particular". Para ello, pondremos hojas de periódico de alrededor de un metro de superficie en el lugar elegido y le mostraremos adecuadamente, con paciencia y constancia que es en ese lugar donde debe hacer sus deposiciones, llevándolo allí cada vez que dé muestras de querer hacer sus necesidades. Asimismo, le premiaremos cuando las haga en el lugar previsto. Para orientar mejor al cachorro y ayudarle a entender más rápidamente nuestras pretensiones, resulta de gran utilidad empapar alguna hoja de periódico con su propia orina y ponerla encima de las que ya están colocadas en el lugar que ha sido destinado para su "retrete privado".
También debemos recordar que hay ciertas pautas de su comportamiento que nos indicarán sus inmediatas intenciones de evacuar, por ejemplo, cuando olfatea el suelo con insistencia, cuando se mueve rápidamente en círculos, cuando se despierta, después de comer o beber, después de una sesión de juego o cuando lo interrumpe repentinamente. En estas situaciones, si nos es posible, conviene que estemos pendientes del cachorro y le coloquemos rápidamente encima de los papeles de periódico, para que sea en éstos donde haga sus necesidades y así podremos felicitarle por su acción.
En las ocasiones, especialmente los primeros días, que realiza sus necesidades en cualquier lugar que no sea su "lavabo particular" y no le cogemos en el preciso momento en el que se dispone a hacerlas o las esta haciendo, nunca deberemos regañarle o castigarle y mucho menos rebozarle el hocico en sus excrementos u orina, ya que cuando más tiempo haya pasado entre el acto y la regañina, menos posibilidades tendrá de relacionar uno con otra. Por ello le resultará muy difícil comprender lo que pretendemos. Lo ideal será que le pillemos "in fraganti", es decir, justo cuando se dispone a empezar o está empezando a hacer sus necesidades. En ese momento podremos reñirle diciendo "no" o "mal" e inmediatamente deberemos llevarle y colocarle encima de las hojas de periódico para que evacue. Una vez allí el cachorro, las primeras veces, cuando se disponga a realizar sus necesidades, durante la realización de éstas y justo al acabar, le felicitaremos y acariciaremos. Con el paso de los días y según vayamos comprobando que el cachorro va entendiendo lo que pretendemos que realice sobre los papeles, podremos ir eliminando caricias y halagos para prodigárselas sólo cuando ha terminado de hacer sus necesidades. Después, paulatinamente podremos ir eliminando las hojas de periódico y las felicitaciones o caricias, hasta eliminarlas totalmente.
JOAN FERRER i SIRVENT
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