E
L LENGUAJE DE LOS PERROS
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Turid Rugaas es una experta etóloga noruega. La granja donde vive, Hagan Hundeskole, rodeada de una densa floresta, está situada en la cima de una montaña desde la que se divisa una panorámica de los fiordos noruegos. Gente de todas las partes del país le lleva sus perros para que los adiestre en las respuestas básicas y resuelva los problemas de comportamiento. En Escandinavia lidera el movimiento para erradicar el método de adiestramiento a base del castigo y la fuerza y propugna el adiestramiento utilizando el reforzamiento positivo.

Si bien este artículo hace referencia a los perros en general, hemos de tener en cuenta que siendo el Perro de Montaña de los Pirineos una de las razas más antiguas que se conocen, sus actitudes sociales con los otros perros y con los hombres, se pueden equiparar, sin ninguna duda, con los comportamientos sociales de los lobos. Por ello, las "señales de calma" que con toda precisión veremos que nos descubre Turid Rugaas, encajan totalmente con el comportamiento y la idiosincrasia de nuestra queridísima raza.

EL LENGUAJE DE LOS PERROS

La dinámica social dentro de la manada de los lobos se utiliza con frecuencia como modelo para explicar la interacción perro-perro y perro-hombre. Muchos amantes de los perros y entusiastas de los lobos están convencidos de la necesidad de mantener un alto status en la jerarquía utilizando recursos agresivos, en la creencia de que sus únicas opciones están entre imponer su dominancia por la fuerza o someterse al animal. Pero los que así opinan, no tienen en cuenta que el comportamiento social entre los lobos, también está sujeto a infinidad de señales corporales, tendentes en la mayoría de los casos, a evitar conflictos.

El problema de los que defienden la dominancia por la fuerza es doble. En primer lugar, la agresión con facilidad tiende a ir en aumento, y en segundo lugar no se usan -tanto para los lobos, los perros como para los humanos- otras posibilidades de elección distintas de la dominància o sumisión.

Con lo que Turid Rugaas denomina "señales de calma", basándose en las expresiones de los cánidos, presenta a los adiestradores y propietarios de perros otra opción para tratar de mejorar la relación entre los humanos y sus perros, y de los perros con sus congéneres.

El gran conocimiento del comportamiento canino y la esencia de la teoría de "las señales de calma" que ha desarrollado Turid Ruggas, se muestra en su siguiente cita:

<<Los perros, como animales de manada que son, tienen un lenguaje para comunicarse entre ellos. En general, el lenguaje canino consiste en una gran variedad de señales utilizando cuerpo, región facial, orejas, cola, sonidos, movimientos y expresiones. Esta habilidad innata de los perros para comprender y realizar estas señales desaparece o se refuerza en sus experiencias a lo largo de sus vidas. Si estudiamos las señales que realizan los perros entre sí y las aplicamos nosotros, aumentamos nuestra capacidad para comunicarnos con ellos. Las señales caninas más notorias son las señales de calma, que utilizan para mantener una jerarquía social estable y para resolver los conflictos dentro de la manada. Estas son habilidades que, cuando las aplicamos en nuestra interacción con los perros, resultan enormemente beneficiosas para la relación. Los perros tienen la habilidad de apaciguarse entre sí cuando afrontan una situación traumática (situación de miedo o estresante) y también para calmarse unos a otros. Consideremos, por ejemplo, la forma en que los perros se presentan a otros. Los perros que se muestran temerosos en un encuentro "social" pueden comunicar diversas sensaciones como: "Sé que aquí eres el líder y no voy a darte problemas". Además, el líder puede también querer comunicarle que no tienen intención de crear problemas. "No te preocupes, yo soy el jefe aquí y no tengo intención de hacerte daño". Los perros que no utilizan las señales apropiadas pueden ser los causantes de problemas>>.

Las señales de calma: ¿cómo identificarlas y usarlas?

Girar la cabeza: Una señal de calma puede ser un movimiento rápido, por ejemplo, girar la cabeza para un lado y volver a la posición original o mantener la cabeza lateralmente por algún tiempo. Puede ser un ligero movimiento o uno claro y bien definido de toda la cabeza para un lado. Nosotros podemos utilizar este movimiento, girando nuestra cabeza, cuando un perro da señales de malestar o se muestra asustado al acercarnos a él; o cuando un perro asustado comienza a ladrarnos o gruñirnos. Un ejemplo de este comportamiento canino lo podemos observar cuando dos perros se encuentran, por un segundo ambos miran para otro lado y después se saludan mutuamente de forma alegre.

No girar la cabeza, mover solamente los ojos para un lado con una mirada de reojo evitando mirar directamente, es también una señal de calma similar al giro de cabeza.

Girándose, dando la espalda: El girarse, el ofrecer un costado o la parte trasera a alguien es un signo de calma muy efectivo . Cuando los perros juegan intensamente, con mucha energía, alguno de ellos comenzará a girarse para ofrecer su costado o su parte trasera entre juego y juego para hacer que la intensidad del mismo se rebaje un poco.

Un perro puede hacer esto cuando otro perro le gruñe o muestra de algún modo un comportamiento amenazante, como aproximársele corriendo muy rápido o cuanto usamos una entonación de enfado o nos acercamos hacia él y percibe que estamos enfadados. También, cuando damos un tirón de la correa es posible que nuestro perro se gire y se separe de nosotros (ofreciéndonos de este modo un costado o su parte trasera), tal vez tirando todavía más.

Si nuestro perro es excesivamente efusivo en el saludo, saltando y no nos deja tranquilos, girémonos dándole la espalda. Si nos acercamos a un perro extraño y de repente vemos que se pone nervioso, girémonos dándole la espalda. En pocos segundos el perro se acercará hacia nosotros por propia iniciativa.

Lamiéndose el hocico: Éste es un movimiento muy rápido de la lengua, tan rápido que en ocasiones resulta difícil de percibir, de captar. Nuestro perro puede realizar esta señal cuando se acerca a otro perro, cuando nos inclinamos sobre él, cuando lo sujetamos con la correa corta o por el collar y cuando nos agachamos para agarrarlo o para regañarle si estamos enfadados.

Inmovilizarse: Nuestro perro se inmovilizará, se parará quedándose de pie, sentándose o echándose y permaneciendo quieto, sin mover un solo músculo cuando otro perro mucho más grande se acerca demasiado y se pone a olisquearlo de arriba a abajo.

Si para adiestrar a nuestro perro usamos erróneamente técnicas coercitivas (aplicando el castigo, corrigiéndole físicamente) puede pasar que cuando lo llamemos, se pare, se siente y rehúse moverse.

Andando despacio, haciendo movimientos lentos: Los movimientos que se hacen muy lentos, en ocasiones tan lentos que parece que no se mueve nada, son muy efectivos para calmar. Los movimientos lentos aparecen tan pronto nuestro perro avista a otro. Podemos observarlos cuando llamamos a nuestro perro y nuestra entonación muestra que estamos algo irritados, enfadados o dominantes. Cuando saltamos, nos movemos o gritamos mucho para hacer que el perro corra más, normalmente lo que conseguimos es el efecto contrario. Los perros caminan más despacio para calmarnos.

Podemos usarla cuando el perro se muestra asustado, nos tiene miedo, o cuando queremos resultar más atractivos para con él, o cuando queremos acercarnos para ponerle la correa.

Posición de juego: El echarse con las patas delanteras estiradas en posición de "reverencia" puede ser una invitación al juego si el perro mueve sus patas delanteras de un lado a otro de forma juguetona. Si permanece quieto, inclinado, es más probable que se trate de una señal de calma.

Nosotros podemos utilizar esta señal de calma estirando los brazos, como cuando bostezamos, pero estirándonos hacia abajo.

Sentarse: Ya sea dándonos la espalda mientras se sienta o bien sentándose cuando se acerca, constituye una señal de calma. Nuestro perro puede utilizarla cuando se siente inseguro ante la presencia de otro perro o cuando le gritamos al llamarlo.

Podemos usar esta señal sentándonos cuando nuestro perro esté estresado y no pueda relajarse. Hagamos que nuestros invitados se sientan si tenemos un perro que no se muestra muy seguro con los extraños.

Echarse: Echarse sobre el dorso, con la panza para arriba, muestra sumisión. Echarse con la panza en el suelo es una señal de calma, de gran fuerza, que utilizan normalmente los perros que tienen una posición jerárquica muy elevada.

Se puede usar cuando nuestro perro está estresado o importunándonos. Echémonos en el sofá. Si el perro tiene miedo y no quiere acercarse a nosotros, echémonos en el suelo. En muchos casos se acercará inmediatamente.

El bostezo: El bostezo es, probablemente, la más intrigante de las señales de calma, al menos la gente parece disfrutar usándola.

Nuestro perro puede bostezar cuando entra en la clínica veterinaria, cuando hay riñas o disputas en la familia, cuando lo sujetamos con fuerza con la correa muy corta, cuando un niño se acerca para acariciarlo, y en otras muchas situaciones.

Podemos usar esta señal si nuestro perro se siente inseguro, algo temeroso, estresado, preocupado o cuando queramos que se calme un poco.

Olisquear: El olisquear puede ser un movimiento rápido hacia abajo, al suelo, y arriba otra vez, o puede ser persistente manteniendo el hocico en el suelo por algún tiempo hasta que la situación conflictiva ha pasado. Dado que los perros también olisquean para percibir olores, debemos analizar la situación en su conjunto para comprenderla de forma correcta.

Nuestro perro puede usar esta señal de calma cuando se aproxima otro perro, cuando alguien camina directamente hacia él o cuando ocurre algo nuevo de forma repentina; por ejemplo, cuando dos perros, de forma inesperada, se encuentran muy próximos. Cuando paseamos con nuestro perro en una acera y alguien se acerca en sentido contrario directamente hacia nosotros, tal vez con un sombrero muy aparatoso o algún objeto llamativo, nuestro perro puede ponerse a olisquear.

Cuando llamamos a nuestro perro y estamos algo enfadados o nos mostramos dominantes con nuestra voz o adoptamos una posición frontal con respecto a él, es muy probable que se pare a olisquear en varias ocasiones mientras se dirige en
nuestra dirección.

Realmente nosotros no podemos usar esta señal pues nos resulta muy difícil utilizar el olisqueo. Pero se puede hacer algo similar: nos sentamos, tocamos la hierba o hacemos algo parecido.

Dar un rodeo: Dar un rodeo o caminar haciendo un arco, a cierta distancia de otro perro o de una persona, es una señal de calma. Normalmente los perros no se acercan uno a otro en línea recta. Pueden hacerlo cuando previamente han hecho alguna señal de calma, pero no es de "buena educación" comportarse de ese modo, por lo que la mayoría de los perros lo evitan.

Podemos aplicarlo cuando nos acercamos a un perro temeroso o que se muestra agresivo. También cuando nos acercamos a un perro que está realizando señales de calma como olisquear, lamerse, girar su cabeza o alguna otra señal. En ocasiones será necesario que realicemos un rodeo mayor, en otras ocasiones será suficiente con que cambiemos ligeramente de dirección, caminando en diagonal para pararnos a la altura del costado del perro. Observemos al perro que nos encontremos y rodeemos tanto como sea necesario para hacer que se sienta cómodo con nuestro acercamiento.

Interponerse: Interponerse físicamente entre perros o personas es una señal de calma. Cuando los perros o las personas, o un perro y una persona, están demasiado próximos, y la situación se vuelve tensa, otros perros se interponen, para separarlos y evitar cualquier tipo de conflicto.

Podemos aplicarlo cuando los perros están tensos, se muestran inseguros o asustados ante una determinada situación, o si los niños les atosigan hasta el punto de hacerles sentirse molestos.

Mover la cola: El mover la cola no es siempre una muestra de alegría y felicidad. Tenemos que observar al perro en su conjunto. Si el perro se acerca arrastrándose, sumiso, quejumbroso y haciéndose pis, el movimiento de la cola es como una "bandera blanca" (de rendición), intentando conseguir que nos calmemos. El perro podría realizar este movimiento cuando hemos perdido la paciencia. Él tratará de conseguir que nos calmemos y nos tranquilicemos.

Posiblemente no seamos capaces de aplicar esta señal.

Ponerse a jugar: Los perros tranquilizan a otros poniéndose a jugar como cachorros (cachorreando), "haciéndose más pequeños", tratando de lamer la boca del otro, cerrando los ojos, pestañeando, chasqueando los belfos o levantando las patas.

Otras señales

Los perros tienen, además, otras señales; algunas son amenazantes, como una mirada fija, mantenerse erguido, gruñendo, ladrando, atacando y mostrando los dientes. Otras sólo muestran excitación del perro, como erizamientos de pelo y el rabo levantado.

Estas señales con frecuencia son mal interpretadas, por ser fáciles de observar y ser las primeras que la gente ve. Nos muestran la excitabilidad del perro en una situación específica, puntual, pero no debemos dedicarles demasiada atención. Debemos intentar encontrar las señales de calma (tranquilizadoras). Nos aportaran mucha más información.

Bibliografía: "El lenguaje de los perros: las señales de calma. Turid Rugaas. 1997. Legacy By Mail, Inc. Carlsborg, EEUU.

 
JOAN FERRER i SIRVENT
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