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OMO EVITAR EL TIRÓN DE LA CORREA |
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Todos sabemos que el perro debería interpretar el paso como un momento agradable del día en el que acompaña a su dueño por la calle. Sería conveniente, por tanto, enseñar al perro a caminar atado, si no a nuestro lado, al menos sin tirar de la correa. Así podremos disfrutar con nuestro amigo de paseos más tranquilos en cualquier lugar y situación.
Como la base principal del problema radica en el alto nivel de actividad que generalmente posee nuestro ejemplar, una semana antes de enseñarle a caminar a nuestro lado y durante los días que esté aprendiendo, es recomendable que desgaste la energía que le sobra dando largos paseos, corriendo tras una pelota, etc. Así se encontrará menos nervioso y, por supuesto, más receptivo de este y otros ejercicios. En este sentido, también es aconsejable elegir un lugar tranquilo en que apenas haya distracciones y más o menos conocido por el perro.
Antes de empezar, debemos pensar en la palabra que usaremos al enseñarle este ejercicio. Las palabras más utilizadas en castellano son: junto, despacio, al paso, al lado, al pie, etc. Una vez escogida la palabra, en este caso, "junto", le colocamos a nuestra izquierda (si somos diestros), en posición de quieto (de pie o sentado), mientras sujetamos la correa sin tensarla a una distancia acorde a nuestra altura y la talla del perro. A la vez que damos el primer paso con la pierna izquierda, le decimos "¡junto!" y caminamos a paso normal o quizás algo más rápido, procurando mantener la correa floja.
Aunque podamos sujetar la correa con firmeza para obligarle a caminar a nuestro lado, sólo usaremos ésta para corregirle cada vez que se distraiga dando un tirón seco y aflojándola con la misma rapidez, pues si pretendemos luchar con él o retenerle usando la fuerza, seguramente se resistirá y tirará con más ímpetu creyendo que se trata de un reto o un juego. En cambio, si tensamos y aflojamos la correa con rapidez y aprovechamos para hacerlo cuando no nos mira, interpretará que esto es una consecuencia natural derivada de su acción y no-consecuencia nuestra.
Lo ideal es coger la correa con la mano derecha, de este modo podemos controlarle al mismo tiempo que le felicitamos y acariciamos con la izquierda cuando nos sigue al lado. Asimismo, si nos vemos obligados a corregirle, podremos hacerlo tanto con la mano derecha como con la izquierda. Siempre que camine a nuestro lado, le acariciaremos y le diremos, en tono cariñoso, "¡muy bien, junto!", sin dejar de andar y manteniendo floja la correa.
Lo más seguro, durante la enseñanza de este ejercicio el perro se adelantará, atrasará, alejará lateralmente y se parará. Todas estas acciones las corregiremos dando un rápido tirón seco en dirección contraria a la que toma el animal, al mismo tiempo que le decimos, "¡no, junto!". El "¡no!" se lo diremos en un tono autoritario, mientras que la orden le diremos en un tono algo menos imperativo para que el can no tome miedo a la orden.
Al principio sólo haremos recorridos en línea recta y en distancias muy cortas que con el paso de los días iremos aumentado progresivamente. Tras realizar cada recorrido le felicitaremos y le soltaremos. Una vez ande adecuadamente a nuestro lado en línea recta podremos empezar a introducir cambios de dirección a derecha e izquierda. Para girar a la izquierda, intentaremos adelantarnos a él alargando el paso de nuestra pierna derecha y le obligaremos a girar en esta dirección empujándole sin brusquedad con la rodilla izquierda. Si se sorprende, seguiremos andando indiferente sin darle la más mínima importancia al incidente. Para girar a la derecha, alargaremos el paso de nuestra pierna izquierda y giraremos a la derecha. Si pretende continuar recto o no nos sigue en cualquiera de los giros, podemos llamar su atención palmeando con la mano nuestra pierna y si insiste en no seguirnos, le corregiremos con un tirón de correa al mismo tiempo que decimos "¡no, junto!". Si el perro nos sigue o nos alcanza con rapidez, le acariciamos y felicitamos diciendo "¡muy bien, junto!".
Cuando veamos que realiza los giros a derecha e izquierda sin tensar la correa, podremos comenzar a practicar las medias vueltas y las vueltas completas. Para ello, daremos la vuelta girando más bien rápido sobre el pie que corresponda en cada ocasión y si no nos mira nos apartaremos enseguida de él para sorprenderle. De esta manera se verá obligado a darse prisa sin quiera alcanzarnos. Tan pronto como nos alcance le felicitaremos y acariciaremos. Para corregirle lo haremos de igual forma que en los giros a derecha e izquierdas, usando las palmadas, el tirón de la correa y la orden "¡junto!".
JOAN FERRER i SIRVENT
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