Una vez tomada la decisión de hacer criar a nuestra hembra, elegido el macho, efectuada la monta, etc., todo ello con la mayor ilusión, nos queda proyectar el lugar donde la futura madre parirá, amamantará y criará a su prole. Es importante no dejar para el ultimo momento la preparación de esta parte, ya que la hembra debe parir en un sitio tranquilo, conocido de antemano por ella y en el que se sienta a gusto y tranquila.

Este espacio deberá ser de fácil limpieza, cómodo, con buena temperatura y ventilado, con un buen acceso por parte de la madre pero que permita tener agrupados a los cachorros. Todo esto en realidad es muy sencillo de lograr, tanto si decidimos que nuestra hembra para en casa, en el garaje, en su jaula, etc.
Deberemos construir una caja de madera o aglomerado, con las debidas proporciones y la suficiente antelación para que se acostumbre a ella, una vez colocada en el lugar definitivo haremos entrar en ella a la perra y procuraremos que se sienta feliz y confiada.

Las paredes laterales deberán ser de una altura que permita la entrada de la madre sin que tenga que saltar, pues una vez los cachorros dentro podría pisarlos y, a su vez, debe impedir que algún cachorro se salga y pueda coger frío.

Si el espacio nos lo permite la haremos rectangular pero procurando que, aun en la parte mas estrecha, la hembra quepa tendida para amamantar a los cachorros.

Se da con frecuencia que los pequeños, bien sea buscando el calor de la madre o la teta, se coloquen entre el cuerpo de su madre y la pared, con el peligro de perecer asfixiados. Para evitarlo colocaremos unos listones donde apoye la espalda de la madre y así permitir la circulación del cachorro entre ella y la pared.

Aunque no es imprescindible, también es conveniente colocar en el fondo un trozo de manta de algodón o de moqueta, fácil de cambiar y limpiar cuando se ensucie, para que absorba el pipí de los cachorros y los mantenga secos.

En el siguiente esquema damos una idea aproximada de las medidas (160 cm x 90 cm c 40 cm).

vista parcial de las paredes