1. Alimentarlo con un pienso de garantía para razas gigantes de acuerdo con su edad y siguiendo las recomendaciones del fabricante, en dos-tres comidas diarias durante el primer año de vida que es el período de su crecimiento rápido. Hemos de evitar excedernos en la cantidad ya que una alimentación demasiada abundante y energética, no permite controlar su peso y es una fuente de problemas, malformaciones y enfermedades. Como referencia y durante el primer año de vida, el porcentaje de proteína debe oscilar entre el 34%-29% y el de la grasa entre el 15%-14%.

2. Agua limpia y fresca siempre a su disposición, contenida preferiblemente en un recipiente profundo (cubo de plancha) para que la saliva vaya al fondo.

3. Es recomendable darle un yogurt natural al día, preferiblemente como premio a su buen comportamiento.

4. En contra de lo que se pueda pensar, nunca se deben dar huesos a los perros y menos aún aquellos que se puedan astillar, como los de aves, conejo, costillas de cordero, etc., pues ello podría dar lugar a perforaciones en el aparato digestivo.

5. Desparasitar antes de cada vacunación y periódicamente como mínimo cada seis meses.

6. Recomendamos revacunar a las 12 semanas de edad como mínimo de las vacunas víricas esenciales, frente a moquillo, parvovirosis, hepatitis y parainfluenza. También es conveniente tener en cuenta lo que recomienda la WSAVA (World Small Animal Veterinary Association) que aconseja no acabar el protocolo de las primo vacunaciones antes de las 16 semanas de edad, para evitar las consecuencias de la posible interferencia de los anticuerpos maternos contra los antígenos de las anteriores vacunas y, por tanto, recomienda volver a revacunar a las 16 semanas de edad. En cuanto a las vacunas bacterianas frente a Leptospira y Bordetella, actualmente se aconseja iniciar la vacunación a las 18-22 semanas (de dos a seis semanas después de acabada la primovacunación de las vacunas víricas esenciales, con tal de prevenir el antagonismo antigénico con las vacunas víricas). No obstante, ha de ser el veterinario quien recomiende el protocolo de vacunaciones en cada circunstancia, especialmente contra la leishmaniosis si se habita en zona afectada, además, de las revacunaciones en los años siguientes contra las citadas enfermedades.

7. No someter al cachorro ni al perro adulto a manejos inadecuados que puedan inducir a situaciones extremadamente estresantes ya que se podría producir la rotura de la inmunidad causada por las vacunas, además de disminuir su resistencia a las enfermedades en general.

8. Es imprescindible acostumbrarlo al coche, socializarlo con el ambiente de la calle y con otras personas lo antes posible, pero no hay que sacarlo a pasear antes de la revacunación de las 12 semanas y una vez ésta realizada, esperar un mínimo de catorce días para hacerlo.

9. Se ha de evitar que el perro, a cualquier edad, salte, corra o juegue después de las comidas, con objeto de prevenir en lo posible el síndrome dilatación-torsión del estómago (ver explicación en el apartado de “Emergencias” de nuestra web).

10. El cachorro de Montaña a pesar de su tamaño es un "bebé" por lo tanto los paseos han de ser muy cortos sin esperar a que se canse ya que la tolerancia al dolor es muy alta en esta raza, Por lo tanto, no solo no obligarlo a jugar ni a caminar si no le apetece, sino que hemos de pararlo antes de que se canse. A medida que pase el tiempo él mismo nos indicará el grado de ejercicio que desee. Pero, sobre todo, hemos de saber que casi la totalidad de su crecimiento en altura la desarrollará hasta el año de vida, de aquí viene la importancia de este periodo. De todas maneras, conviene evitar que haga un ejercicio excesivo hasta que no se haya desarrollado completamente, lo cual ocurre hasta los tres años aproximadamente; así evitaremos cojeras, malformaciones y problemas en las articulaciones.

11. Se ha de evitar que el cachorro suba o baje escaleras largas para que sus tiernas articulaciones se sobrecarguen y se produzca un desgaste excesivo. También evitar que camine sobre superficies resbaladizas, como, por ejemplo, parquet, losas de mármol o cerámica pulidas, ya que para no resbalar abriría las patas y eso podría provocar malformaciones importantes en las articulaciones.

12. Si se ha de reñir al perro, hacerlo inmediatamente después del acto reprobable con un NO rotundo precedido de su nombre, de manera autoritaria y mirándole fijamente a los ojos, ya que transcurrido más tiempo no relacionaría la reprimenda con el acto censurable. Es deseable leer los artículos sobre etología de nuestra web.

13. El carácter del Perro de Montaña de los Pirineos es ante todo el resultado de un bagaje genético, es decir, un
comportamiento instintivo muy independiente, pero a la vez muy reflexivo e inteligente. Es importante
tener esto en cuenta para no alterar su desarrollo psíquico. En este sentido es aconsejable, para
comunicarnos mejor con él, leer estos libritos: “El lenguaje de los perros, las señales de calma” de Turid
Rugaas. Y “El Método Tellington TTouch” de Linda Tellington-Jones, ambos de la editorial KNS Ediciones.

14. Cortarle periódicamente las uñas de los espolones para evitar que se hundan en su propia carne, pero ir con cuidado de no cortar las terminaciones capilares con el fin de evitar pequeñas hemorragias.

15. Cepillarlo como mínimo una vez al mes y diariamente en época de muda. Es recomendable hacerlo con el cepillo denominado "carda". Con ello, en la mayoría de los casos, se evitará lavarlo y a la vez presentará una excelente calidad de pelo.

16. Es recomendable usar un collar del tipo "cordón", ya sea de material sintético o cuero y colocárselo solamente cuando se lleve a pasear. Con ello se evitará dañarle el pelo. Sin embargo, es aconsejable familiarizarlo con el collar y la correa desde buen principio cuando estemos jugando con él en casa y veremos que al cabo de unas tres sesiones los aceptará sin problemas.

17. Lavarle periódicamente las orejas con algodón un poco empapado de agua oxigenada o alcohol y vigilar la aparición de otitis, ya que los perros con orejas caídas son más propensos a sufrirlas.

18. Evitar que el cachorro tenga acceso a instalaciones o a objetos potencialmente peligrosos tales como:
piscinas, cables eléctricos, espuma de nylon de los colchones, alambres, objetos, punzantes, etc., pues su
afición por morderlos podría tener fatales consecuencias.

19. Es Imprescindible leer atentamente la sección de “Emergencias” de nuestra web. Como también lo es, leer el artículo “Alimentos absolutamente prohibidos a los perros” en la sección “Divulgación” > apartado “Alimentación” de la misma web. Y llegado el caso, actuar rápidamente llevando a nuestro amigo urgentemente al veterinario más próximo, ya que su vida correría peligro.

20. Ante la aparición de un estado anormal del perro consultar inmediatamente con el veterinario.

21. Es sumamente importante que el propietario del perro y su veterinario, sepan que el Perro de Montaña de los Pirineos es muy sensible a la anestesia, por lo que, llegado el caso, solamente se le ha de suministrar la cantidad mínima necesaria ya que en caso contrario correría peligro su vida.

22. Para educar adecuadamente al cachorro es muy importante que se lean los artículos sobre etología y psicología de nuestra web.

23. Hay que recordar que la temperatura corporal de los perros es de 38-39 ºC, por lo tanto, más de 39 ºC ya es fiebre, aspecto a tener en cuenta si llega el caso.

SÍNDROME DE DILATACIÓN-TORSIÓN DE ESTÓMAGO

Un tubo digestivo relativamente pequeño.

El peso del tubo digestivo de los perros de razas de tamaño muy grande, -como el Perro de Montaña de los Pirineos-, no supone más que 2,7% del peso total del perro. Cuando el volumen de los alimentos ingeridos es excesivo, el estómago de los perros se dilata, gira sobre sí mismo comprimiendo el bazo, el diafragma y la circulación sanguínea: es el llamado fenómeno de dilatación-torsión del estómago. Para disminuir el volumen de alimentos ingeridos, se aconseja fraccionar las comidas.

¿Cómo se reconoce una torsión-dilatación?

En primer lugar, el animal saliva, su abdomen está duro y con dolor, y el perro intenta vomitar constantemente. En la siguiente fase, se acuesta, se hincha muy rápidamente y respira con dificultad. Si no se toma ninguna medida en ese momento, el perro muere rápidamente. Hay que llevarlo, por tanto, urgentemente al veterinario, manteniéndole caliente, no impidiéndole vomitar y en una postura que le permita respirar bien. Es indispensable tenerlo en observación durante 48 horas.